Desarrollan un sistema para obtener hidrógeno a partir de césped


Publicado noviembre 12, 2019



Científicos del Reino Unido han desarrollado un sistema para obtener hidrógeno a partir de césped utilizando únicamente un catalizador barato y la luz del sol.

Un equipo de investigadores de la Universidad de Cardiff en Reino Unido ha desarrollado un nuevo sistema que permite obtener hidrógeno a partir de césped utilizando únicamente un catalizador barato y la luz del sol.

En el estudio que han llevado a cabo estos científicos se ha demostrado que este método es una forma sostenible de producir hidrógeno. Este combustible tiene un enorme potencial en la industria de la energía renovable, pues contiene alto contenido de energía y no libera gases tóxicos o de efecto invernadero cuando se quema.

El hidrógeno está en todas partes

El hidrógeno está presente en grandes cantidades por todas las partes del mundo: se encuentra en el agua, en los hidrocarburos y en otras materias orgánicas. Hasta ahora, el desafío para los investigadores ha sido la búsqueda de métodos para obtenerlo a partir de alguna de estas fuentes de manera barata, sostenible y eficiente. 

Una fuente de hidrógeno prometedora es la celulosa, que es el componente clave de las plantas y el biopolímero más abundante en nuestro planeta.

Estudio de investigación

En el estudio, el equipo investigó la posibilidad de convertir la celulosa en hidrógeno a partir de la luz solar y un catalizador sencillo. El catalizador es una sustancia que acelera una reacción química sin ser consumida. Se probaron tres tipos de catalizador basados en metales, y los científicos se decantaron por el níquel porque es más económico.

El proceso que utilizaron para obtener el combustible se conoce como fotocatálisis. La fotocatálisis funciona de la siguiente manera: la luz del sol activa el catalizador, y éste se pone a trabajar para convertir la celulosa procedente de la hierba y el agua en hidrógeno. «Además, hemos demostrado la eficacia del proceso real utilizando el césped tomado de un jardín«, asegura el profesor Michael Bowker, co-autor del estudio.

Gracias a este avance, los jardines, campos de fútbol o de golf, así como otras instalaciones con grandes superficies de césped, podrían convertirse en una fuente de energía barata, limpia y renovable.